miércoles, 10 de octubre de 2012

Los Frutos del Espiritu



LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU.


Consideremos la frase dicha por Jesucristo: “por sus frutos los conoceréis” no es por lo dones, sino por los frutos que realmente nos damos cuenta si estoy permitiendo que el Espíritu Santo obre en mi vida.

Jesús habla de un árbol y de sus respectivos frutos. En cuanto a ello podemos decir que si no se abona o no se cuida el árbol, los frutos no son los mejores. Lo mismo ocurre con nuestra vida si no hay comunión con Dios, los frutos no son los mejores.

Debemos tener claro, que cuando buscamos a Dios en oración y comunión diaria…entonces El por medio de Su Espíritu Santo empieza a formar, a crear en nosotros los frutos del Espíritu:

amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,  
humildad y dominio propio


Como ser un super predicador ungido!!




En realidad, nuestro deseo no debería ser como llegar a ser un pedicador ungido sino mas bien un INSTRUMENTO DE DIOS.¿Qué necesito hacer o tener para ser un instrumento de Dios?

Es una pregunta sincera y sencilla pero que encierra aspectos vitales, serios y profundos.
Veamos entonces que nos dice la Biblia en cuanto a ser un instrumento de Dios.

Si alguien se mantiene limpio, llegará a ser un vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena. (2 Tim. 2:21)
En este texto comprendemos es respondida directamente nuestra pregunta. Pablo inspirado por el Espíritu Santo de Dios, dice: “Si alguien se mantiene limpio”.
·        ¿Mantenernos limpios de que?

Limpios de inmundicia: Significa limpios de toda suciedad mundana. El mundo nos ofrece muchas cosas que a simple vistas son atractivas, dulces  pero que en el fondo son dañinas, toxicas y destructivas. El pecado JAMÁS permitirá que Dios se revele a nuestras vidas. El pecado JAMÁS debe ser tolerado en nuestra vida.
Es como un muro que separa a Dios de nosotros (Isaías 59:2). Sin embargo, cuando verdaderamente nos arrepentimos (contrición) de nuestro pecado, Dios es fiel y justo para perdonarnos. (1 Juan 1:8-9)


Limpios de toda incredulidad: No creer que Dios es capaz de usarnos, es una barrera pecaminosa. Hacemos de Dios un mentiroso al decir, que El no puede usarnos. En el transcurso de la historia bíblica vemos hombres y mujeres que fueron usados por Dios para cumplir Su voluntad en la tierra. Usted y yo podemos ser parte de esa lista. Debemos creer en El, en Su palabra y en Su Altísimo e Inalcanzable poder.

Limpios de toda soberbia: La soberbia ha sido confrontada por Dios desde tiempos antiguos. Un pecado que contamina al hombre y que lo encamina al fracaso. La Biblia expresa que “Dios mira de lejos al altivo y que el exalta al humilde”.
Debemos anhelar ser usados por Dios pero no para sentirnos mucho mejor que otros, o promocionarnos como “siervos de Dios” (egolatría y narcisismo). Debemos tener claro que hemos sido tomados de lo vil y menospreciable para anunciar las verdades ricas y exquisitas del evangelio a todo el mundo, en el poder de Su Espíritu Santo.