Ciudadanos del reino de Dios.

 Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo. Col 1:13

Dios por medio de Cristo Jesús hemos sido "trasladados" de las directrices, de los preceptos y autoridades de las tinieblas al reino de su amado Hijo, en quién tiene complacencia.

Un reino celestial donde ya no podemos vivir y amar superficialmente ya que hemos visto el amor y perdón de Dios reflejado en la redención hecha por Cristo en la cruz (Rom. 5:8). En este reino hemos sido llamados a ser embajadores, representantes por Gracia de Jesucristo en un mundo azotado por el caos y el pecado.

Como embajadores nuestra tarea es llevar el mensaje de paz, reconciliación y advertencia. (2 Co. 5:20). No hablamos acerca de nosotros, sino de Aquel que nos rescató. No presentamos las obras y los frutos que nosotros hemos producido, sino lo que El ha hecho en nosotros.

Somos embajadores, estamos en Su reino por medio de Cristo. Y esta "traslación", indica mover un objeto o persona de completo a otra ubicación, por lo tanto ahora que hemos sido trasladados a este reino nuestro cuerpo, alma y espíritu le pertenecen al Rey de reyes y Señor de Señores.